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El uso de la biomasa recibe cada vez más atención dado que puede complementar los suministros existentes de materias primas para proporcionar energía y productos químicos de alto valor agregado. La biomasa lignocelulosica residual es uno de los recursos naturales más abundantes en la tierra, con un bajo costo y gran abundancia. En Colombia se generan setenta y dos millones de toneladas de residuos lignocelulosicos al año, dentro de los cuales se encuentra el tamo, bagazo de caña, cascarilla de arroz, cascaras y semillas de frutos [1].